México estuvo sumido durante largo tiempo en un profundo
letargo. Pero consumada su independencia en el siglo XIX, produjo una
extraordinaria colección de personajes: desde fervientes idealistas y
reformadores hasta generales ambiciosos, presidentes autócratas y bandidos de leyenda.
Luego, una serie de circunstancias trágicas, combinadas con ambiciones internas
y externas, provocaron en 1846 un conflicto armado entre México y EE.UU. esa
contienda, por cierto, fogueó a oficiales jóvenes de ambos bandos que después
se enfrentarían en guerras fratricidas. México perdió gran parte de su
territorio septentrional; y pronto cayó en manos de otra cadena de dictadores,
explotadores y funcionarios venales. Pero aun lo aguardaban penalidades
mayores. En la década de 1910-1920, el pueblo, escindido en dos bandos
irreconciliables, se desangró en una pugna a muerte; la Revolución Mexicana.
SACERDOTE
REVOLUCIONARIO, Don
Miguel Hidalgo y Costilla, llamado “El Padre de la Patria”, lanzó “El Grito de
Independencia” en 1810. Un año después fue ejecutado.
HÁBIL GENERAL, Antonio López de Santa Ana se
convirtió en dictador poco después de la independencia. Ejerció el mando, a
intervalos, hasta 1855.
ESTADISTA INDIO, Benito Juárez huyó de su hogar
zapoteca cuando era niño. Como presidente, a finales de la década de 1860,
instituyó la instrucción pública.
EMPERADOR DESDICHADO. El archiduque Maximiliano de
Habsburgo fue el instrumento de los franceses que ocuparon el país en 1862.
Murió fusilado, en 1867.
EMPERATRIZ TRÁGICA, Carlota, esposa del archiduque
austriaco entronizado en México en 1864, perdió la razón agobiada por la pena.
Murió en Europa, en 1927.
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